Teo en su mecedora

Hace cuatro años Teo Rodríguez era un comercial de maquinaria pesada queriendo dar un vuelco a su vida profesional. Aficionado al sexo, se percató de que la mayoría de los «sex-shops» de la ciudad tenían idéntico tenebrismo siniestro. Siguiendo una tendencia internacional que marca lo sexual como algo prohibido y feo, estas tiendas estaban diseñadas bajo el signo de lo oculto. Fachadas negras y accesos muy cerrados, sin escaparates ni atractivos visibles desde el exterior. Teo soñó con crear una tienda erótica distinta, donde la transparencia fuera el elemento predominante. Grandes cristaleras que permitieran al transeúnte ver lo que había dentro, como en cualquier otro establecimiento comercial.
Exhibición normalizada de objetos y libros maravillosamente obscenos. Liberación, en cierta manera, del complejo mundo de lo sicalíptico. Teo abrió la tienda soñada en un local de la calle de las Mantas, «La mecedora», y después se trasladó a la calle de Calatrava, muy cerca de la señorial calle de Caballeros. Desde allí desarrolla una función de gestor cultural de la erótico, faceta totalmente descuidada por la Administración pública. Esta semana toca un taller de «bolas chinas». Continuar leyendo «Teo en su mecedora»